Si hay algo que define la vida actual es la incertidumbre. Vivimos crisis cada vez más frecuentes, los empleos e incluso las empresas duran mucho menos que hace diez o veinte años, la tecnología avanza sin cesar y ya no podemos permitirnos refugiarnos en nuestra zona de confort y aspirar a la estabilidad. La vida es así, y nuestra situación a medio plazo depende en gran medida de nuestra actitud actual ante el cambio. Abrazar el cambio de forma consciente y positiva (ad-opt significa precisamente eso, elegir aprovecharlo) es la clave del crecimiento personal y profesional.
“Crisis” viene del griego κρινεΐνη, que significa separar y decidir. En chino, la palabra “crisis” (危機) está compuesta por los caracteres Wei 危, que significa “peligro” , y Ji 機 que significa “oportunidad”. Son dos caras de una misma moneda, y se trata de tener la valentía de darle la vuelta. Solo los que adoptan el cambio progresan.
La revolución digital ha eliminado las fronteras, y la inteligencia artificial está revolucionando el conocimiento en todos los ámbitos. Hoy, un negocio que pretenda tener éxito debe diseñarse con una perspectiva internacional y digital. Pero la internacionalización y la digitalización tienen algo de salto a lo desconocido, y producen vértigo. Si queremos mantenernos en el asiento del conductor y dirigir nuestro negocio, necesitamos tener un buen copiloto que conozca la carretera y en el que podamos confiar.
asetradius nació en 2005 con la vocación de ser ese copiloto. Asesoramos a los pequeños negocios que comparten esta visión, que quieren mantenerse en la brecha y saltar a la arena internacional, pero hacerlo con los deberes hechos y con ciertas garantías. Nuestro servicio es de coaching internacional. Acompañamos a las empresas en el proceso de internacionalización, ayudándoles:
- En la prospección de mercados y acompañándolos en misiones comerciales, para conocer la cultura empresarial del país en el que pretenden abrir mercado. Es fundamental incorporar al equipo a un asesor desde los primeros contactos, para evitar que, por desconocimiento, se pasen por alto cuestiones o se cometan errores que puedan dar al traste con la operación. Si quiere pasar un rato entretenido, le ofrecemos algunos ejemplos de desastres provocados por el choque intercultural
- A investigar el entorno legal y reglamentario del país objetivo, identificando posibles obstáculos y obteniendo las autorizaciones y permisos necesarios. También podemos comprobar la disponibilidad de ayudas y subvenciones públicas para el negocio o la operación.
- Encontrado un posible socio, a comprobar su existencia, solvencia y fiabilidad. Internet es un proceloso mar plagado de piratas, hackers informáticos que ofrecen oportunidades para cosechar datos y estafadores que directamente pretenden robar. Afortunadamente, existen registros y certificados que permiten evitar estos riesgos a un coste razonable mediante la investigación pertinente. Y aún cuando se trate de una empresa genuina, es posible que ella misma, su país o sus directivos figuren en listados internacionales que restrinjan el comercio con ellos. También conviene comprobar su cumplimiento de normativas como blanqueo de capitales, protección de datos o protección medioambiental. Es un tipo de información que conviene tener lo antes posible.
- En la estructuración del negocio, a analizar la viabilidad de la operación o del plan de negocio, a estructurar la financiación, en su caso, y a diseñar los tiempos y las tareas, a establecer un calendario, a preparar acuerdos de confidencialidad antes de compartir información y a solicitar de la contraparte y analizar la información necesaria para la operación, lo que se llama diligencia debida.
- En las negociaciones, a asegurar que antes de comenzar hayamos compartido la información oportuna para que las reuniones sean fructíferas; a que, una vez iniciadas sepamos a dónde queremos llegar, conozcamos a quién dirigirnos y cómo, ya sea presencialmente o por escrito, para no herir sensibilidades, y podamos gestionar los tiempos y las comunicaciones para que lleguen a buen puerto sin sobresaltos y lo antes posible. Una primera operación exitosa puede, y suele, constituir la base para una relación duradera y mutuamente rentable.
- Cuando el negocio crece, a reconocer y definir el estilo de gestión y la forma de actuar de la empresa, a crear una visión y una cultura corporativa que contribuya a la imagen de marca y fondo de comercio de nuestro cliente; a elaborar políticas y procedimientos estandarizados y códigos internos que permitan garantizar el cumplimiento normativo y obtener certificados de calidad, que pueden abrir muchas puertas.
- Y en fusiones y adquisiciones, a hacer la diligencia debida, valorar las posibles sinergias que ofrezca la combinación de recursos, equipos y mercados; a establecer los respectivos objetivos y posiciones negociadoras de las partes intervinientes; a obtener, en su caso, autorizaciones administrativas de competencia u otras; a comprobar la compatibilidad de las respectivas culturas empresariales y objetivos para incrementar las posibilidades de éxito de la operación, a elaborar la documentación y a negociar para llegar al “sí”, para que todos estén satisfechos con la entidad resultante.